Empecemos por el principio, ¿cómo y por qué nace Dignidad y Solidaridad?
Dignidad y Solidaridad nació en el 2004, a partir de una iniciativa del grupo de Acción Social (GAS) de la Parroquia de Ntra. Sra. De Guadalupe de Madrid, con el objetivo de luchar contra la pobreza, mediante el impulso de la igualdad efectiva de oportunidades, en los países en vías de desarrollo.
Dignidad y Solidaridad se encarga de financiar proyectos externos. ¿Con qué tipos de proyectos trabajáis y porqué el apoyo de DyS es importante?
Para cumplir con el objetivo de nuestra ONGd, apoyamos proyectos que trabajen activamente en el campo de la cooperación para el desarrollo y la solidaridad internacional:
- Proyectos que surgen de iniciativas locales cuyo fin sea el desarrollo sostenible a medio y largo plazo, potenciando los recursos autóctonos y que actúan contra las causas estructurales de la pobreza.
- Dando respuesta a situaciones de emergencia o catástrofes.
- Fomentando los valores de justicia y solidaridad mediante la sensibilización y la educación para el desarrollo.
Son proyectos en general pequeños, están muy focalizados y en muchos casos necesitan cantidades de dinero modestas. Tienen complicado acceder a ayudas porque habitualmente sus presupuestos están por debajo de los mínimos que se asignan desde las grandes entidades.
Seguimos los siguientes criterios para apoyarlos:
- Promover proyectos colectivos, que generen el bien común.
- Dar preferencia a proyectos que surjan de la iniciativa local, dando respuesta a una necesidad sentida por los propios beneficiarios y con participación de la comunidad en su ejecución.
- Impulsar proyectos de desarrollo y no meramente asistenciales (salvo emergencias)
- ONGds que puedan crecer por sí mismas y sean sostenibles en el tiempo. Apoyamos iniciativas que tienen una fecha de inicio y fin, como obras, equipamiento, compras de material, formaciones para el desarrollo, etc.
Tenemos una estrecha relación con los proyectos. Ya desde el comienzo de la relación, queremos que tengan un “padrino” directamente relacionado e involucrado con nuestra parroquia, y como os podéis imaginar, tenemos varios proyectos que han surgido allá donde son destinados nuestros MSpS.
Pero no queremos simplemente enviarles el dinero. Nuestro objetivo es crear una vinculación con ellos para poder llegar a conocer la situación de las comunidades en las que se encuentran y apoyarles en el desarrollo del proyecto para que pueden seguir creciendo. En este sentido los miembros de la Junta nos encargamos cada uno de mantener ese contacto y hacer el seguimiento de varios proyectos con los contactos españoles y/o locales.
Normalmente hacéis un seguimiento de los proyectos. ¿Nos podéis contar cómo se han desarrollado este año especial esos proyectos?
Este curso ha sido muy especial por la COVID-19. El confinamiento entre marzo y mayo ha frenado el desarrollo de algunos proyectos y otros ni siquiera se han podido iniciar, pues las emergencias eran mucho más críticas: atender las necesidades de las familias, especialmente en lo relativo a alimentación. Afortunadamente muchas de estas obras sí se han podido avanzar una vez pasada la primera ola de la pandemia.
Los equipos españoles de las ONGds no han podido desplazarse a seguir impulsando y coordinando sus proyectos; las restricciones de movilidad han impedido el desplazamiento de voluntarios, que dedican parte de sus vacaciones a apoyarlas y que son un pilar importante para desarrollar las actividades previstas dentro de los proyectos.
Los proyectos educativos que cuentan con recursos locales fuertes han intentado mantener el contacto y seguimiento educativo con los chavales, se han reinventado sobre la marcha con muchas limitaciones de conectividad. Y los proyectos de infraestructuras que apoyábamos han tenido desigual evolución… algunos pudieron terminarse, otros quedarán seguramente para el año que viene.
Aparte de los proyectos en sí, y basándonos en el seguimiento que realizáis con las ONGds, ¿cuál ha sido el impacto de la pandemia en los países y colectivos con los que trabajáis?
No se habla mucho del impacto de la pandemia en África, bien porque no se comunican los datos o porque el impacto ha sido bajo. No es la primera enfermedad global que han sufrido y seguro que la población es mucho más fuerte que la de los países más desarrollados. Además, los gobiernos decretaron el confinamiento prácticamente a la vez que en Europa, lo que podría haber sido también la causa de una expansión aparentemente más contenida.
En cualquier caso, el impacto de la COVID-19 ha generado dos problemas diferentes.
Por un lado, el sanitario: en muchas de las comunidades con las que trabajamos no existe agua corriente en las casas, casas que normalmente son habitadas por familias numerosas. Esto hace que una de las primeras premisas ante la COVID-19, la higiene, sea muy difícil de conseguir. Además, estas comunidades no tienen acceso a información, por lo que muchas ONGd se han centrado en ayudar a divulgar y concienciar cómo prevenir un contagio.
Pero lo que más preocupa es el impacto económico en las familias. Son países donde la economía es principalmente una economía de subsistencia. Una familia vive de lo que ha ganado el día anterior: si no pueden salir a trabajar no tienen medios para comprar comida. Desde algunas ONGds nos han transmitido mucha más preocupación por morir de hambre que por morir de la COVID-19.
¿Cómo conseguís los fondos para poder realizar las financiaciones? Por entender mejor cómo funciona DyS, de esos fondos, ¿qué porcentaje se dedica a la gestión interna?
Los proyectos que apoya DyS son financiados fundamentalmente por las aportaciones regulares de los socios y la colecta anual de enero en nuestra Parroquia. Además, contamos a final de cada año con alguna donación maravillosa, que nos permite completar las necesidades de los proyectos. No tenemos un gran presupuesto anual, pero permite hacer muchas cosas grandes, gracias a la generosidad de todas las personas que apoyan económicamente, y gracias al trabajo de los equipos de las ONGds que apoyamos desde DyS se consigue multiplicar el valor del dinero que aportamos en sus proyectos. No os imagináis lo que se puede hacer con muy poquito dinero….
Podéis estar seguros que prácticamente todos los fondos van íntegros a los proyectos. Los miembros de la Junta de DyS trabajamos de forma voluntaria, y los únicos gastos que tenemos son los de las transferencias a los proyectos, fotocopias para los formularios de inscripción y en algún material para darnos a conocer entre los allegados a nuestra querida Parroquia.
¿Habéis tenido impacto con las cuotas de los socios o en las donaciones?
Desde hace ya un par de años hemos notado claramente la bajada del presupuesto disponible para apoyar proyectos. No tanto en la parte de las cuotas de socios, que en su gran mayoría las han mantenido o incluso subido, y que las altas van compensando a las bajas, aunque nos gustaría tener muchas más altas, pero sí hemos sufrido una reducción considerable en las donaciones, que hasta hace 2 años suponían un empujón muy fuerte de fondos para la asignación a proyectos, y en la colecta anual.
Entendemos las circunstancias económicas en España y el impacto de la pandemia en muchas economías domésticas, pero las necesidades en los países en vías de desarrollo en Sudamérica, África y Asia siguen ahí y se incrementan por las mismas razones, lo cual nos deja en una situación muy complicada, con mucha demanda y una oferta cada año más limitada.
Si alguien quiere colaborar con un donativo o hacerse socio de DyS, ¿qué tiene que hacer?
Para hacerse socio el proceso es muy sencillo: en la web de la parroquia hay un enlace con un formulario. Simplemente tienes que rellenar los datos personales, definir el valor de la cuota y la frecuencia (mensual, trimestral, …) y enviar el formulario a la secretaría de la parroquia.
Las aportaciones puntuales se gestionan mediante donativos, por transferencia o Bizum (00142), indicando que es un donativo destinado a la ONGd Dignidad y Solidaridad. Y directamente en la colecta especial de DyS que se realiza todos los años en las misas de domingo de la Parroquia (la próxima será el 17 de enero de 2021). Recordamos que todas las cantidades desgravan en la declaración de la renta.
Dignidad y Solidaridad es un proyecto que nace desde la propia Guadalupe. ¿Qué mensaje te gustaría hacer llegar al resto de la comunidad?
Que cualquier ayuda, por pequeña que sea, es bienvenida.
“Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas,
puede cambiar el mundo”
dys@parroquiadeguadalupe.com
Es la ONGd de la parroquia: colabora, participa, hazte socio.