Editorial

CUIDAMOS Y DISFRUTAMOS DESDE EL ESPÍRITU es el lema que a lo largo del curso animará nuestras actividades, sacramentos, reuniones, oraciones y reflexiones. Este lema está inspirado en las encíclicas del papa Francisco, Laudato Si y Fratelli Tutti.

Venimos de una situación muy dura por la pandemia vivida, una situación que, al tiempo que nos igualó a todos, paradójicamente subrayó más aún la desigualdad entre unos y otros.  Sin embargo, no deseamos permanecer en el lamento, todo lo contrario, queremos manifestar que somos iglesia ‘en salida’, iglesia «que sirve, que acompaña la vida, que sostiene la esperanza, que tiende puentes, rompe muros y siembra reconciliación» (cf. FT 276). Y queremos declarar, además, que constituimos un “nosotros” consecuencia de la igualdad de derechos que compartimos por ser humanos, y, como cristianos, porque todos somos hijos de un Padre Común, y por tanto, hermanos. «Una fraternidad mística y contemplativa que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, especialmente en el que sufre y pide ayuda; que no conoce fronteras y barreras, que supera las dificultades de la convivencia, aferrándose al amor de Dios y abriendo el corazón para buscar la felicidad de los demás, como lo busca el Padre bueno» (cf. EG 92)

Nuestra tarea: CUIDAR Y DISFRUTAR DESDE EL ESPÍRITU porque Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien (cf. FT 54).

CUIDAR, cuidar ‘ese nosotros’ hijos y hermanos y cuidar la casa común que habitamos, la creación. Esto, en palabras del papa Francisco, significa «proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar…» (cf. LS 67).

Y Disfrutar, que consiste, como leemos en Laudato Si, «en hacerse presente serenamente ante cada realidad, por pequeña que sea, lo que nos abre muchas más posibilidades de comprensión y de realización personal. La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos…» (LS 222)

Es, en síntesis, disfrutar de nuestras eucaristías y oraciones, de los encuentros fraternos, del servicio que realizamos; lo que los demás y el resto de las comunidades nos ofrecen y regalan desde sus propios carismas. Disfrutar de la música, del arte sacro, del contacto con la naturaleza, por poner solo algunos ejemplos de lo que nos lleva a disfrutar desde el Espíritu.

ECO

(Equipo de COmunicación)