La crónica del día 25 de septiembre

De repente un dejà vu… llegamos tarde, con la celebración iniciada y logramos sentarnos en un banco justo detrás del coro y de hermanos de nuestra comunidad de comunidades… ¿qué hacía Rafa Vera en el altar presidiendo junto al resto de Mispis?… Tras el asombro inicial, al calor y cercanía de sus palabras, da pistas que confirman que es su hermano, el cual, como vicario Episcopal de la Vicaría 1 nos acompaña en la celebración del nombramiento del nuevo párroco, Fernando.

El altar estuvo lleno de caras nuevas y jóvenes, y sabias y experimentadas reconocibles que son baluarte y ejemplo de servicio confiado, de motor ecológico productor de serendipias fraternas en las redes sociales allí presentes, con su servicio pastoral nos apoyan y acompañan en la construcción de un mundo más justo, nos ofrecen un gran regalo, su tiempo su disponibilidad para acompañarnos en la alegría de la fe, de la misericordia que genera vida, gracias Mispis (Fernando, Giancarlo, Gonzalo y Oziel) y gracias agentes de pastoral.

¡Qué bueno que viniste esperanza! Qué fuerza da ver que somos un equipazo que llena la grada entera… llena de verdad, por fuera y por dentro… Por fuera se ve repleta de followers de Jesús, y por dentro, pulula en el ambiente el soplo del espíritu desbordado de almas entregadas, amando y calentando, jubilosas ante el inicio de la temporada 2016-2017. El presidente (Dios padre y madre) y el entrenador (Jesús) nos arengan a darlo todo de nuevo, a ganar esta Liga del amor, nos felicitan por dejarnos la piel en el campo y no ser solo espectadores, nos avisan de lo necesitado que está el mundo de seguir dándolo todo para mantener su esperanza, estudiamos los peligros a los que tendremos que enfrentarnos, nos recomiendan reflexión que lleve a la reconciliación si cometemos faltas, nos preguntan por lo que nos preocupa y lo que necesitamos y juntos pedimos los dones del espíritu.

Yo no falto por nada del mundo a este chute de adrenalina, yo elijo la esperanza porque estáis conmigo y solo no podría, gracias Jesús porque estuviste con nosotros en la comunidad de comunidades y nos envías shalom para repartir caritativamente aquí y ahora.

Santiago Miranzo (Itaca-Diem)