Editorial

En diciembre pasado echamos a andar. Gracias a vuestra buena acogida y vuestra participación en ir construyendo la revista, queremos seguir dando pasos juntos, aún tambaleantes pero ilusionados. Y aquí estamos de nuevo con vosotros, en otro de los momentos importantes del año; en plena Cuaresma, a punto de vivir el acontecimiento central de nuestra fe: la Pascua de Jesús.

En la Cuaresma se nos invita a prepararnos, a hacer un “alto en el camino” para mirar por el espejo retrovisor y repasar el camino recorrido. Se trata de hacer una “revisión y puesta a punto”, algo así como la ITV de nuestra vida de creyentes; de examinar nuestra vida cotidiana a la luz del Evangelio.

Es tiempo de penitencia y conversión, pero no solo de una manera ritual, plagada de gestos externos, ayunos, vigilias… Tiene que ser una conversión sincera, desde dentro, desde las convicciones del corazón. Tratemos de vivirla con autenticidad y con la alegría de estar seguros que Jesús nos acompaña en la vida de cada día.

Y tratemos de vivirla también dejándonos interpelar por nuestro lema parroquial: con esa «misericordia entrañable» -de las entrañas- que es amor, bondad, comprensión, ternura; con esa misericordia cotidiana, en lo más ordinario de la vida, que nos compromete a entregar algo de nosotros mismos a quien nos necesita; con esa misericordia revolucionaria que es creadora de fraternidad, que puede transformar la realidad y crear un mundo más fraterno.

ECO (Equipo de COmunicación)